¿Te apetece una aventura que te transporte a un mundo distinto? Pues prepárate para viajar a Sri Lanka, la perla del Índico, donde te cuento mis 8 días de emociones, cultura y naturaleza salvaje.
No te miento al decirte que este viaje me cautivó desde el primer momento por sus paisajes impresionantes, su rica historia y la hospitalidad de sus gentes.
Por eso, déjame relatarte 8 días apasionantes que nos llevaron desde las ruinas ancestrales del Triángulo Cultural a experiencias únicas como compartir mesa y secretos de la cocina cingalesa con una familia local o descubrir el aromático mundo de las especias.
Y, en un lugar bendecido por la naturaleza, te contaré aquellos sitios en los que disfrutamos de la majestuosidad de la fauna salvaje o momentos para la desconexión gracias a sus ancestrales masajes ayurvédicos.
¿Te embarcas en esta aventura? Entonces, sigue leyendo y descubre todo lo que te espera a ti también en la antigua Ceilán.
Nuestros 8 días en Sri Lanka: descubriendo las joyas de la isla
Creo que no me equivoco si te digo que viajar a Sri Lanka es una propuesta perfecta si eres amante de la naturaleza, de conocer gentes amables y hospitalarias, e incluso si te atrae la idea de descubrir una gastronomía deliciosamente aromatizada por las mejores especias del mundo.
Espero que mi recorrido por esta maravillosa isla te inspire y anime a que visites este lugar tan lleno de vida.
Y dicho esto, te dejo aquí la ruta que disfruté recientemente. Desde ya, te digo que volveré a repetir.
Día 1: rumbo al triángulo cultural de la isla
Una de las cosas buenas de aterrizar temprano en el aeropuerto de Colombo es que te permite disponer de tiempo suficiente para visitar la ciudad o, como fue nuestro caso, para desplazarnos al conocido como triángulo cultural de Sri Lanka, en el centro norte de la isla.
Tienes que tener en cuenta que queda a unas 4 horas de la capital y que realmente merece la pena, como verás más adelante.
Como te digo, nos pusimos en camino hacia Habarana, un lugar ideal porque está situado en el mismo corazón de este triángulo. De esta manera tienes a la mano las antiguas capitales de Anuradhapura, Polonnaruwa o las interesantes ruinas del complejo palaciego de Sigiriya.
Lo que sí quiero confesarte es que después de un largo vuelo, una de las mejores experiencias del día fue poder probar un auténtico masaje ayurvédico. Y es que en Habarana se encuentran los mejores spas dedicados a esta relajante y ancestral práctica.
Día 2: la montaña mítica de la Roca del León y los secretos de la cocina cingalesa
Tras reponer fuerzas, nos aventuramos en un viaje en tuk tuk hacia la montaña mítica de Sigiriya, también conocida como Roca del León.
En su cima, los antiguos reyes de Sri Lanka construyeron en el siglo V una fortaleza-palacio, dejando atrás impresionantes restos arqueológicos.
Subir los 1.200 escalones hasta la cima de Sigiriya es una experiencia inolvidable. Las vistas panorámicas y los jardines excepcionales son de las imágenes que se quedarán para siempre en tus recuerdos.
En Hiriwaduna disfrutamos de un almuerzo único con una familia de agricultores. Aprendimos los secretos del arroz y las especias en una auténtica masterclass de cocina local, una experiencia que nos acercó a la cultura culinaria de Sri Lanka.
Dia 3: Polonnaruwa y naturaleza salvaje, dos citas mágicas al viajar a Sri Lanka
La tercera jornada de nuestro viaje a Sri Lanka nos llevó a Polonnaruwa, otra de las ciudades reales del país que se conserva en un estado excepcional.
Allí, visitamos el Gal Vihara, un templo esculpido en la roca y famoso por sus Budas, especialmente el Buda tumbado, considerado el más perfecto de Sri Lanka.
Por la tarde, nos embarcamos en un emocionante safari en 4×4 por el Parque Nacional de Minneriya. En este espacio natural, tuvimos la oportunidad de admirar la belleza de los elefantes salvajes en su hábitat natural.
Día 4: de Dambulla a Kandy, entre aromas y espiritualidad
En nuestro camino hacia el sur, visitamos Dambulla, donde se encuentra el Templo de Oro, un conjunto de cinco cuevas-templo que albergan estatuas de Buda, pinturas y murales.
El aroma de las especias impregnaba el ambiente, recordándonos la esencia de Sri Lanka.
Para conocer a fondo este universo aromático, visitamos uno de los jardines de especias y medicina natural que se encuentran en la zona. Una experiencia que nos acercó a la cultura y tradición de Sri Lanka.
Siguiendo nuestra marcha, llegamos a Kandy, una ciudad repleta de edificios coloniales en la que teníamos previsto visitar el Templo de la Reliquia del Diente Sagrado, sin duda, su atractivo principal, ya que es una especie de Meca para el budismo.
Día 5 : un viaje en tren con sabor a té
Esa mañana nos encaminamos hasta la estación de tren de Kandy y nos subimos al que se dirigía a Nuwara Eliya, una ciudad con un aire británico inconfundible.
Conocida como Little England, por su pasado colonial, era el destino preferido por los ingleses al gozar de un clima estupendo que pudimos comprobar en primera persona.
Tras el almuerzo visitamos una plantación de té. Allí, presenciamos el arduo trabajo de las recolectoras, en su mayoría mujeres tamiles, y recorrimos una fábrica para conocer el proceso de transformación de las hojas hasta el producto final.
Día 6: de Ella a Yala, aventuras en las tierras altas y fauna salvaje
Tras despedirnos de Nuwara Eliya, nos dirigimos a Ella, un lugar con un aura especial. Estoy seguro de que te dejarás llevar por el slow life que se respira en sus cafés, restaurantes y tiendas: un lugar que invita a relajarte y disfrutar del ambiente.
Sus verdes montañas, las plantaciones de té y su clima fresco realmente nos atraparon.
Allí puedes encontrar cuevas, cascadas como las de Rawana y templos escondidos llenos de magia.
Nosotros, tras un café en el famoso Chill Café, nos aventuramos en un tuk tuk hasta el puente de los 9 arcos para ver pasar el tren del Té.
A la tarde llegamos a Yala, al sureste de la isla, donde nos esperaba el Parque Nacional: 130.000 hectáreas de pura naturaleza.
El Parque Nacional de Yala es un enorme escenario de pastizales, arbustos, lagos y dunas donde habitan aves, elefantes, osos perezosos, cocodrilos y leopardos. Un festín para los que amamos la fauna, y que disfrutamos en un emocionante safari en 4×4.
Luego, continuamos nuestro viaje hacia el sur, hasta la ciudad costera de Galle.
Su mezcla de arquitectura europea y asiática es de las que invitan a pasear y disfrutar de un escenario tan especial.
Día 7: inmersos en la cultura e historia de Galle
Empezamos el día recorriendo Galle en tuk tuk, una experiencia llena de color y ritmo.
Visitamos el mercado de pescado, un festín para los sentidos donde se respira la esencia de la ciudad.
Luego, las murallas del Fuerte de Galle nos transportaron a otra época. Recorrimos casi todos los rincones de la ciudad: el faro, la puerta antigua, el Museo Nacional, la mezquita Meeran, el hospital holandés, la iglesia reformada holandesa, la torre del reloj… Un viaje en el tiempo a través de la arquitectura colonial.
Las calles de Galle nos invitaron a descubrir sus tiendas, donde encontramos piedras preciosas, antigüedades y té de la más alta calidad. Un paraíso para los amantes de las compras.
Puedo asegurarte que la ciudad nos cautivó con su mezcla de culturas, su historia y su ambiente único. Un día lleno de bonitos momentos que sin duda recordaremos siempre.
Día 8: vuelta a Colombo
Ya nuestro emocionante e inspirador viaje por Sri Lanka tocaba a su fin, pero antes de llegar a Colombo y tomar nuestro avión, hicimos un alto en el camino que nos hacía mucha ilusión.
Tuvimos la oportunidad de visitar el centro de conservación de tortugas de Victor Hasselblad. un lugar donde nos conmovimos al ver la recuperación y cuidado de estas increíbles criaturas.
Con esta última experiencia, pusimos el colofón a una semana de descubrimientos y vivencias que iban más allá de la propia belleza de Sri Lanka. Por eso, es uno de los destinos que repetiré sin dudarlo.
Si te ha gustado esta propuesta de viajar a Sri Lanka, aquí podrás encontrar toda la información actualizada de este y otros grandes destinos a los que viajamos en grupos pequeños, acompañándote para que todo salga de 10.
Hasta muy pronto y, ¿quién sabe?, lo mismo disfrutando de Sri Lanka. 😉
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